Las obras presentadas, son profundamente reflexivas y nos remiten a diferentes eventos: los dolorosos que se repiten, a pesar del tiempo y el pujante desarrollo, y que dejan cicatrices imborrables; a la capacidad de mimetizarse y camuflarse; al desinterés del abandono de los animales domésticos; a él feminicidio que aumenta alarmante año tras año; la domesticación del cuerpo y el pensamiento; también a la violencia que genera una pelota de futbol y la inversión que la acompaña, dejando de lado el arte y la cultura, y sumergiéndolos en el último ítem de las prioridades nacionales; toca a la libertad, desde la niñez, del espacio que habitamos y el rico legado que heredamos, tan al alcance de la mano, codiciada y reprimida, si se la descuida. El logro primordial de esta Bienal promovida por el Museo Municipal de Cartago, revive la memoria de aquella escuela de arte de los setenta, invernadero para el arte local, como lo es hoy el Museo, en tanto la convocatoria a la bienal debe ser considerada escuela, donde ir a aprender a la vez que enseñar, reflexionar, criticar, repasar el aporte de los artistas nacionales quienes se presentan al jurado para validar sus propuestas, y donde todos sin excepción abrimos una sana discusión, que afirme o refute los estamentos teóricos que enriquecen el arte nacional, cuyo flujo trasciende a cada visitante que ingrese al Museo.
GAM Cultural utiliza cookies, si sigues navegando aceptas su uso. Saber más.Aceptar